La campaña se fotografió durante dos días en Garraf, un pueblo costero que conserva las casas originales de los pescadores a pie de playa. También fuimos hasta El Prat para retratar a los niños a su aire visitando la Casa Gomis (también llamada La Ricarda), un icono de la arquitectura racionalista firmado por Antonio Bonet.

Durante el shooting comimos paella, nos perdimos por una carretera de curvas, nos bañamos al mediodía y fuimos atacados por avispas. Hizo muchísimo sol. Pasaron cientos de aviones (el aeropuerto está al lado) por encima de nosotros. Hubo ratos de espera, aprovechados para leer.

La fotógrafa Esperanza Moya pertenece a esa minoría que prefiere la fotografía analógica “por su magia, los momentos irrepetibles, el elemento sorpresa que contiene.”

‘Summer Reading’ descubre e inventa lugares y momentos perfectos para refugiarse con un libro, y reivindica que no hay una sola manera correcta de acercarse a la lectura, sino muchas.